Una vida sexual muy activa ayuda a vivir más pues reduce en un 50% el riesgo de mortalidad en varones, así una alta frecuencia orgásmica ayuda a prolongar la vida aun en personas de edad avanzada. Lo anterior parece haber sido el resultado de un estudio hecho a finales de 1997 por el doctor George Davis Smith y varios colegas de la universidad de Bristol en Inglaterra, según ellos individuos que experimentan una alta frecuencia de actividad sexual tienen un 50% más de probabilidades de prolongar su vida que aquellos en quienes dicha actividad es casi nula, lo anterior es absolutamente errado y engañoso afirman otras autoridades, el desenfreno sexual y el desgaste que provoca física y neurológicamente lejos de prolongar la vida más bien la acortan, el organismo debilitado merma su capacidad intelectual iniciativa y creatividad, peor aún afecta de manera particular a la memoria contribuyendo a frecuentes lapsos de amnesia.
Según el sexólogo norteamericano Ray Bernard, mucha actividad sexual especialmente después de los 40 años no ayuda a prolongar la vida y más bien la acorta, se ha comprobado que la abstención contribuye a la conservación de las secreciones de nuestras glándulas sexuales y de nutrientes que allí se generan, ello a su vez tiende a preservar las hormonas sexuales y testosterona contribuyendo significativamente a nuestro vigor tanto físico como mental, así la abstinencia es sumamente beneficiosa para el cerebro ya que la conservación y reabsorción del fluido seminal que abunda en calcio vitamina D, aminoácidos y demás nutrientes, contribuyen directamente al mantenimiento del vigor mental, por su parte el libro sabiduría antigua para la ignorancia moderna, no sólo apoya la tesis anterior acerca de abstinencia para la salud física y mental, sino que resulta según el esencial para el logro de toda meta espiritual y contemplativa, así prohombres del pensamiento como Pitágoras, Platón, Isaac Newton, Espinoza, Gandhi, Tolstoi y Miguel Ángel, por sólo nombrar algunos practicaban no sólo el vegetarianismo sino la abstinencia sexual, por otra parte continúa, la abstinencia siempre fue esencial para líderes espirituales de todas las grandes civilizaciones en el logro de metas que están más allá de lo meramente temporal e intrascendente, ninguno de los detractores de los excesos carnales pretende desde luego que se ignore o suprima del todo el impulso sexual y enfatizan muy claramente la distinción entre abstinencia y continencia. Ante todo lo expuesto, una conclusión lógica podría ser la de que a ambas escuelas de pensamiento tienen algo de razón, a lo mejor es posible que una alta frecuencia de actividad sexual con su inevitable desgaste de nutrientes vitales en cada descarga orgánica si contribuye a prolongar la vida, pero al precio de alcanzar una edad avanzada pero sexualmente activa gracias al viagra y demás estimulantes bioquímicos, para terminar completamente desgastado física y mentalmente, o una vejez como la de Giuseppe Verdi o Isaac Newton, por sólo citar a tres, cuyos intelectos y creatividad se conservaron intactos a pesar de su edad. Se dice que ninguno de ellos fue esclavo de un impulso sexual que de ser obedecido ciegamente mediante fármacos nada hubiera añadido al espíritu o al intelecto, doblegándolos más bien en aras de una fugaz e intrascendente recompensa visceral.
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