En marzo de 1939 un trecho selvático al sur de Tabasco México, allà labora como muchos otros Tarsicio Palma despejando la tupida maleza, cuando el pico de su azadón choca contra algo muy duro bajo la tierra, como la zona es casi virgen y el suelo no es rocoso Tarsicio llama a varios compañeros y entre todos proceden a cavar alrededor de lo que suponen es alguna rara formación de peñascos, pronto comprobarÃan que se trataba de una gran mole de piedra y evidentemente tallada por manos maestras. Avisado el capataz de trabajos de ingenierÃa que se hacÃan en el sector, aquella mole de piedra fue totalmente desenterrada, y todos comprobaron con asombro que se trataba de una colosal cabeza de guerrero con ocho metros de alto dieciocho de circunferencia y veinticinco toneladas de peso.
Informadas autoridades arqueológicas estas de inmediato notaron que aparte de sus dimensiones heroicas habÃa sido tallada en basalto, mineral que no existÃa en aquella zona de tabasco, pero lo que más llamó la atención de esos expertos fueron las facciones esculpidas en aquel busto, no sólo no eran tÃpicas de las etnias indÃgenas olmecas que habitaron en el sur de México durante la época precolombina, sino que esos rasgos lucÃan claramente negroides, labios gruesos y abultados, nariz ancha y aplastada, asà como ojos saltones, decididamente revelaban un ancestro africano, pero y que hacÃan aquellos presuntos guerreros africanos en la remota antigüedad centroamericana. Aquello y como es de suponer causó no sólo gran sensación sino encendidas polémicas entre los expertos especialmente después que fueron desenterradas otras tallas en la misma escala y con idénticas caracterÃsticas faciales, algo que descartaba del plano que la primera en ser descubierta hubiese sido un caprichoso accidente de quienes la esculpieron, igualmente se estableció que posiblemente habÃan sido hechas en el llamado perÃodo formativo posterior, más o menos unos 800 años antes de cristo. Aparte de lo anterior existÃa y aún existe otro enigma en relación con esas cabezas olmecas, y es el de cómo y dónde fueron talladas evidentemente no habÃa sido en el lugar donde fueron halladas un área pantanosa de piso poco firme por demás inhóspito, no sólo por la espesura selvática sino por las elevadas temperaturas que allà reinan, se sabe que el yacimiento de basalto más cercano al sitio donde se les descubrió se encuentra a unos 300 kilómetros de distancia, ello significa que semejantes moles de 20 a 25 toneladas de peso de alguna forma fueron transportadas hasta allÃ, pero como, de acuerdo con un historiador y arqueólogo no existe evidencia de que las tribus olmecas conocieran el principio de la rueda en lo que se refiere a transporte por rodamiento, tampoco utilizaban bestias de carga, entonces cómo pudieron trasladarlas desde la cantera basáltica hasta ese lugar selvático y pantanoso, se ha esbozado la hipótesis de que fueron abandonadas allà en trayecto hacia otro sitio, pero y de ser asà a qué se debió dicho abandono de piezas escultóricas tan exquisitamente talladas. Son muchos los enigmas, pero lo que sà es indiscutible sin embargo es que los artistas que esculpieron tamañas obras maestras copiaron fielmente los inequÃvocos rasgos negroides que las distinguen, es posible entonces que exploradores africanos cruzarán el atlántico 800 años antes de cristo, dejando la huella de su presencia en América con esas monumentales esculturas a su imagen y semejanza. Eso mismo por improbable y polémico que suene es lo que sostienen los expertos.
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