Londres 6 de agosto 2011, turbas enloquecidas recorren las calles destruyendo vehÃculos y vidrieras de establecimientos y todo lo que encuentran a su paso, tanto humildes tiendas de inmigrantes en calles aledañas como suntuosos establecimientos en el centro de Londres, son saqueados impunemente durante ese caos, uno que tras iniciarse en el barrio de Tottenham continuarÃa incontrolable durante 4 dÃas provocando muertes incendios y destrucción ante el asombro del mundo entero. Ese tipo de revueltas y estallidos populares con inevitables saqueos y destrucción siempre ha sucedido casi rutinariamente en paÃses del tercer mundo, pero cuatro dÃas de indetenible caos y destrucción en la augusta capital del imperio británico, sin embargo asà ocurrió lo impensable, dejando una huella a la vez dolorosa y preocupante en toda Inglaterra especialmente porque nadie entiende cómo pudo estallar en Londres un conflicto de tal magnitud.
Desde que sucedieron los disturbios saqueos e incendios en la capital británica a partir del 6 de agosto 2011, sociólogos y analistas demográficos han esbozado teorÃas en un intento por explicar ese estallido, algunos atribuyen la causa a una marcha pacÃfica de familiares de un tal MartÃn Dukan muerto durante un encuentro con la policÃa, pero eso fue en la mañana del 6 de agosto y serÃa recién en la noche cuando estallaron los airados y desproporcionados disturbios que se transformaron en monstruosa y destructiva rebelión, algo sumamente grave pues más que una simple protesta por el deceso de un desconocido, reveló quizás algo más agrio y profundo largamente incubado dentro de los estratos menos favorecidos social y económicamente en la capital inglesa. Entonces que pudo hacer que estallara tan feroz reacción destructiva, quizás lo que sigue parezca disparatado o absurdo e incluso odioso pero tomando en cuenta la ferocidad de lo sucedido en Londres el 6 de agosto vale la pena que mentalmente retrocedamos hacia otra fecha memorable en la misma capital británica, especÃficamente el dÃa 1 de mayo de 2011 y ubiquémonos en las calles de Londres como lo hicieron millones a través del satélite, allà donde tuvo lugar la espectacularmente bella y esplendorosa boda real del prÃncipe William y Kate Middleton, esplendorosa elegancia y riquezas y la más rutilante congregación de altas personalidades, no solo del imperio británico sino de casi todas las casas reales europeas, también su más alta aristocracia y gente bella poderosa espléndidamente ataviada, en verdad algo digno de un moderno cuento de hadas un mundo aparte deslumbrante en todo sentido, imagine ahora que usted forma parte de esos más bajos estratos de la población londinense previamente mencionados, gente anónima grisácea y de miserables circunstancias, mal vestidas e ignoradas jamás tomados en cuenta por nadie que contemplo, no sin algo de envidia tan espléndida boda real, gente humilde y resignada incapaz desde luego de hacer lo impensable, hasta que algo imprevisto e inesperado un chispazo de anarquÃa inconcebible hasta ese momento, quizás sólo quizás abrió para ellos momentáneamente una rendija para salir a la calle y de esa forma expulsar asà fuese de manera fugaz algo de la desesperada resignación en que siempre han vivido.
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