Insólitas
Lluvias de Meteoritos
Es
la noche del 12 de noviembre de 1833 y la tierra está siendo atacada desde el
espacio. Norteamérica desde Nueva Escocia hasta el sur de México sufre un
bombardeo de metralla cósmica que ilumina el cielo nocturno al ritmo de 10.000
exhalaciones por hora, muchos residentes en la parte occidental de los EE.UU
salen a la calle alarmados por esas luces brillantÃsimas que caen desde el
firmamento, algunos piensan que es el fin del mundo y el pánico cunde en las
ciudades por causa de ese despliegue pirotécnico que a partir de entonces se
conocerá como la noche que llovieron estrellas. Fueron innumerables las
especulaciones fantasiosas sobre el insólito fenómeno sideral durante el cual
casi 750 mil micro meteoritos se incendiaron en nuestra atmósfera aquel otoño
en 1833, la verdad según los astrónomos, es que en su carrera alrededor del sol
nuestro planeta atraviesa parte de un vasto enjambre de basura sideral, que es
lo que produce ese fenómeno conocido como lluvias Leónidas.
Se le llama asÃ,
porque las exhalaciones parecieran provenir de algún punto en la constelación Leo,
pero se trata solamente de una ilusión óptica, el verdadero origen es un cometa
pequeño identificado como 1866, cuya órbita alrededor del sol es de 33 años y 3
meses, cada vez que se acerca al astro rey la radiación y gravedad solar
disgregan su núcleo y durante ese proceso va dejando una estela de millones de
partÃculas igual que un automóvil quemando aceite deja a una nube de humo. Por
cierto que en noviembre de 1800, encontrándose Alexander Von Humboldt en Cumaná,
Venezuela y acompañado por su colega Von Planck tuvo oportunidad de ver una
espectacular lluvia de estrellas, y comenzó aproximadamente a las 2 de la
mañana y tuvo una duración de más de 4 horas en orden a la dirección de norte a
sur y a más de 30 grados de altura, todo el cielo se vio inundado por luces
celestes cuya trayectoria fosforescente duraba de 7 a 9 segundos, casi todos
los habitantes de Cumaná han sido testigos del fenómeno pues se levantan antes
de las 4 am para asistir a la santa misa, tampoco miran indiferentes estas
manifestaciones lumÃnicas del cielo pues según lo relatan sus mayores los
grandes temblores de tierra en 1766 fueron precedidos por luces y señales en el
firmamento muy parecidas a las que vimos. Lo anterior por supuesto carece de
base cientÃfica y es casi seguro que Humboldt no suscribirÃa semejante creencia,
lo que sà es cierto y se trata de algo que la ciencia reconoce como un hecho,
es que durante temblores muy fuertes y terremotos se han visto luces y
destellos que parecen emanar de la tierra, su color es generalmente rojo y se
asemejan a rayos o relámpagos solo que ascienden hacia el cielo en lugar de
caer se les conoce como luces sÃsmicas y parece que también pueden ocurrir
segundos y hasta minutos antes de un terremoto, como lo comprobó el eminente
sismólogo norteamericano D.J. Davinson quien al reportar lo ocurrido durante el
desastroso terremoto de Japón en 1930, aseguró ver extrañas luces de
procedencia desconocida y que parecÃan emanar de la tierra y fueron vistas
antes del fuerte remezón.
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