La Visión del
Profeta Ezequiel y La Teoría Científica
Medio
Oriente siglo 6 antes de cristo, el joven profeta Ezequiel perteneciente a una
familia sacerdotal deportada de Jerusalén a Babilonia se encontraba aquel día
en el quinto año de su destierro cerca de las riberas del río Cóbar en compañía
de otros exiliados, cuando repentinamente la tierra se estremeció, de inmediato
sus acompañantes caen postrados al piso pues a poca distancia y en medio de una
gran nube de arena surge una fantástica visión, en el interior de aquella sonda
el comandante aunque ocupado con la delicada maniobra del despegue no puede
menos que observar desde la cúpula transparente en su módulo de comando como y
tal lo esperaba las contadas personas que se encuentran en los alrededores ante
la conmoción y destellos producidos por el despegue caigan postradas ocultando
sus rostros, pero sólo una de las figuras permanece erguida mirando fijamente
hacia ellos, algo bastante curioso dadas las circunstancias. Ezequiel maravillado
intuye que está contemplando la imagen poderosa de la deidad que aún mientras
parece flotar en los aires desaparece súbitamente.
Vencida la considerable
atracción gravitatoria del planeta y una vez lograda velocidad de escape el
comandante de aquella nave reinstaura el escudo energético que les hacía
invisible, de esta manera ha sido superada la emergencia y solo un nativo del
planeta logró verlos por breves instantes. Generaciones posteriores de teólogos
e interpretaciones del libro sagrado clasificaron la vívida descripción que Ezequiel
haría posteriormente de su visión en las riberas del Cobar como simbólica
fantasía, versión que así subsistió hasta que investigadores como científicos
como Joseph Bloomrich comenzaron a darle otro tipo de interpretación, la que
hemos descrito previamente, sería un compendio de lo planteado por esos tres autores
en respectivos trabajos. El joven profeta Ezequiel escribiría para la
posteridad “El día 5 del cuarto mes,
estando yo en medio de los cautivos junto al río Cóbar, tembló la tierra se
abrieron los cielos y pude contemplar visiones de DIOS, dentro de una gran nube
un torbellino y tres grandes ruedas flotaban sobre un vasto fuego que se
revolvía dentro de sí, a su alrededor un resplandor, y en su centro metal
brillante, en la rueda exterior figuras de seres vivientes y sobre sus cabezas
una bóveda tan transparente como el cristal, sobre un trono centelleante como
el zafiro algo semejante a un hombre sentado alrededor de su cintura, y hacia
arriba fuego fulgurante igual al arco iris en un día de lluvia…Tal fue el
aspecto de la gloria Yahveh".
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