Los Umbrales
de la Muerte, Experiencias Cercanas
Un
viento helado golpeó el rostro de Robert Hall, un joven paracaidista cuando se
lanzó al vacÃo desde una altura de 5.000 metros. A los 1.700, tiro del anillo
para abrirlo pero ello no ocurrió, de inmediato quiso activar al de emergencia
pero tampoco se abrió, supo entonces que caerÃa recto hacia su muerte, pero y
asà cueste creerlo logró vivir para contarlo. Robert Hall no se mató cuando sus
dos paracaÃdas fallaron, debido a que no chocó directamente contra el, sino en
forma diagonal sobre una colina recubierta de un colchón de nieve recién caÃda
y bajo la cual habÃa un suave montón de hojas secas, ya recuperado de fracturas
y una conmoción cerebral relató que sabiendo que iba a morir, su existencia
entera le pasó por la mente en cuestión de segundos, algo que no hizo más que
reafirmar la vieja y arraigada creencia de que en esas fracciones de segundos
antes de que todo termine, el cerebro parece activar las experiencias que tiene
almacenadas y una persona las verá como en una pelÃcula acelerada.

A finales de
1977 el psiquiatra Russell Noyes interesado en ese fenómeno que consideraba
poco creÃble, descubrió un documento publicado en 1892 por el geólogo y
montañista suizo Albert Heim, allà éste habÃa acumulado la que sin duda era la
mejor recopilación de experiencias sufridas por quienes habiendo estado en el
propio umbral de la muerte lograron sobrevivir dichos reportes, añadidos a
otros que no es, se dedicó a investigar demostrando que la casi muerte cuando
sucede en forma violenta o súbita e inesperada, si incluye tres fases que son
en primer lugar resistencia, cuando todo en la persona lucha fieramente contra
la inminencia de la muerte y la idea de que nada puede hacer para impedirlo, la
segunda etapa desaparece del miedo y comienza a privar algo asà como aceptación
de lo inevitable, de fallecer como un alivio ante el horror de lo que está
ocurriendo, al mismo tiempo surgen pensamientos irrelevantes e incluso
preocupación por trivialidades, también acuden a la memoria vividos flashes del
pasado, algo que el psiquiatra Noyes atribuye a un mecanismo de última
instancia, ante la certeza de que todo acabó. Lo anterior que tiene lugar en
fracciones de segundos culmina en lo que Noyes cataloga como un mÃstico estado
de conciencia o realización, una especie de nirvana casi idÃlico, durante el
cual el cerebro sabiéndose impotente para detener la inminente a de la muerte
claudica, creando en la persona una sensación de ser incorpore a. Y esa quizás,
especula el doctor Noyes, sea la forma como la naturaleza prepara a quienes
experimentaron esa casi muerte, para enfrentar a la definitiva, que es la que
tarde o temprano nos espera a todos.
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