Insólita Venganza de una Mujer Despechada


 

Insólita Venganza de una Mujer Despechada

Huyendo de su amante celoso la joven mujer se oculta en cierto local de un parque de atracciones, su interior es un laberinto de espejos que reflejará multiplicada su imagen, el hombre al descubrirla dispara, pero solo destruye un reflejo pues los otros espejos continúan mostrando caleidoscópica semblanza de la mujer, exasperado continuara disparando al azar mientras cada trozo de superficie reflectante continúa devolviéndole imágenes fragmentarias de su presa, que enardecida termina matándolo a él con un filoso trozo de espejo. Lo anterior descrito corresponde a una insólita secuencia del film, la Dama de Shanghai, y en la cual Orson Welles luce su desbordante creatividad visual, y en la que en cierta forma ilustra no solo la imprevista metamorfosis de una mujer traicionada, sino cuán terrible puede ser su venganza, tal como ocurrió en un caso de la vida real que tuvo lugar en Alemania a mediados de 1983. 

En 1983 una bella y escultural mujer estando a punto de contraer matrimonio con un joven de nombre Klaus, recibió un golpe devastador su prometido a quien amaba intensamente, en forma inesperada canceló la boda pues se había enamorado de otra, para la mujer el mundo entero se derrumbó más aún cuando supo que su rival era nada menos que la rubia y muy delicada secretaria de su joven novio, peor fue enterarse de que tras casarse la pareja abandonaría  Alemania para establecerse en Budapest, y ello de alguna forma transformaría el dolor y humillación de la mujer en una idea fija, vengarse. A este fin y con obsesiva firmeza de propósito daría inicio a una insólita transformación, lo primero fue cortar su exhuberante cabellera azabache adoptando un peinado casi varonil, desecharía además todo maquillaje en aceite y depilatorios dejando crecer sus cejas gracias a un intensivo régimen de condicionamiento físico, yoguis y levantamiento de pesas y su escultórica figura fue adquiriendo la dureza y sinuosa esbeltez de un varon, a lo anterior se sometió a un régimen hormonal y de auto hipnosis masculina, trabajo un tanto el timbre de su voz y ya al cabo de un año, ya lucía tan diferente que optó además por cambiar de nombre, así dejó de ser legalmente Ana, para adoptar la identidad de Janos, un apuesto galán. Con un nuevo pasaporte viajaría a Hungría y una vez allí no le fue difícil ubicar la dirección de la pareja que había destrozado su vida, hábil e inteligente se las ingenió para conocer a la rubia mujercita de Klaus accidentalmente a la salida de un automercado, y ya he establecido el contacto inicial no le llevó mucho tiempo entablar una amistad que luego y metódicamente fue transformando en seducción, totalmente cautivada por aquel galán que despedía un nosequé de enervante sensualidad en cada gesto y caricia, la vulnerable rubia no tardó en hacer comparaciones. Era tal el contraste entre la abrupta torpeza de Klaus y el sabor ser de su amante, que cierto día decidió abandonar a su esposo por el seductor Janos, sin imaginar que éste en realidad era Ana, la antigua prometida de Klaus. Lo insólito del asunto, es que y al saber por fin su verdadera identidad, ello en lugar de enfriar su pasión no hizo más que incentivarla, pero todavía la venganza de Ana no estaba completa, y para culminarla ella procedería a vender los derechos de publicación de todo aquel equivoco drama pasional al diario sensacionalista alemán Exprés. Por su parte Klaus, sumido en profunda depresión por todo lo sucedido dentro de aquel laberinto de espejos que armó su exprometida, terminaría suicidándose.

Publicar un comentario

0 Comentarios