Spencer Perceval es el único primer ministro británico que ha sido asesinado y el único procurador general que se ha convertido en primer ministro. tuvo lugar un lunes a las 5:15 p. m. del 11 de mayo de 1812. Spender Perceval murió tras ser disparado en el vestÃbulo de la cámara de los comunes en Londres. Su asesino fue John Bellingham, un comerciante de Liverpool que tenÃa quejas contra el gobierno. Bellingham fue arrestado y, cuatro
dÃas después del asesinato, fue juzgado, condenado y sentenciado a
muerte. Fue ahorcado en la prision de Newgate el 18 de mayo, una semana después del asesinato y un mes antes del comienzo de la guerra angloestadounidense de 1812.
Spencer Perceval estuvo muy influenciado durante toda su vida por sus
fuertes creencias evangélicas, que le empujaron a oponerse al
catolicismo y apoyar el comercio de esclavos. Después de ejercer como
fiscal general, fue nombrado Canciller del Tesoro y lÃder de la Cámara
de los Comunes en el gobierno del Duque de Porland. Cuando este último se jubiló, Perceval lo sustituyó como primer ministro.
John Bellingham fue un comerciante de Liverpool que después de
declararse en bancarrota viajó hasta Rusia para trabajar. Allà las cosas
tampoco fueron sencillas: el mercader inglés fue detenido por una
supuesta deuda y fue retenido durante varios años en el paÃs. Cuando,
por fin, consiguió regresar a Reino Unido inició una campaña para
reclamar una indemnización al considerar que el gobierno británico era
responsable de lo que le habÃa ocurrido.
Ante la falta de respuesta, John Bellingham decidió llevar a cabo un magnicidio como venganza.
El empresario de Liverpool se encontró con el primer ministro en el
vestÃbulo del Parlamento, y allà le disparó en el pecho. Spencer
Perceval murió a los pocos minutos, y su asesino fue detenido. Tras un
juicio rápido, Bellingham fue condenado a morir en la horca. Cuando la
noticia fue difundida, se produjo una celebración en los barrios más
pobres de las ciudades inglesas por la muerte de un gobernante muy
impopular entre las clases más bajas. Para la ejecución del magnicida se
tomaron medidas excepcionales ante el temor de que una turba quisiera
rescatarlo del patÃbulo.
Después de la muerte de Perceval, el Parlamento hizo una generosa
provisión para su viuda e hijos, y aprobó la construcción de monumentos.
A partir de entonces su ministerio fue olvidado rápidamente, sus
polÃticas fueron revertidas, y es generalmente más conocido por la forma
de su muerte que por cualquiera de sus logros. Los historiadores
posteriores han caracterizado el apresurado juicio y ejecución de
Bellingham como contrario a los principios de la justicia. La
posibilidad de que actuara dentro de una conspiración, en nombre de un
consorcio de comerciantes de Liverpool hostiles a las polÃticas
económicas de Perceval, es objeto de un estudio en 2012.
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